domingo, 26 de octubre de 2014

J. K. Rowling - Harry Potter y la piedra filosofal

Alguno se podrá preguntar qué hace uno a sus 36 años leyendo Harry Potter. Digamos que el motivo principal tiene nombre y apellido, Guillermo Lafon. Se trata de mi hijo mayor. Inevitablemente uno se hincha de orgullo cuando habla de sus hijos, sepan comprenderlo. Guille ha sido un ferviente lector desde pequeño. Al principio le leíamos cuentos antes de irse a dormir. Cuando quisimos ver, había aprendido a leer sin que nadie se lo enseñara formalmente. Con el paso de los años pasó a ser él quien se los lee a sus hermanos menores. Desde un tiempo a esta parte, ha pasado de los libros de cuentos cargados de imágenes a sus primeras novelas. La saga de Harry Potter lo ha atrapado y he decidido acompañarlo, de forma de compartir con él este inmenso placer que es leer. A esta altura, Guille ya terminó el tercero, difícilmente lo alcance al ritmo que va, pero me hace feliz verlo disfrutar de la lectura con esa avidez. Dicen que hay cosas que no se explican con palabras sino que se transmiten con el ejemplo. Evidentemente él (y sus hermanos de a poco también) está adquiriendo el gusto por la lectura que uno le transmite.

Así pues, he leído por primera vez a Harry Potter. Y me resultó de lo más entretenido. Obviamente uno no espera lo mismo que de otras novelas de fantasía como El Señor de los Anillos, ya que está fundamentalmente dirigida a público de otra edad, sin embargo hay que reconocer que está muy bien hilvanado y atrapa.


Mi calificación es:


No hay comentarios: